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Cada vez hay más hogares en Euskadi porque cada vez vivimos menos personas en ellos

27 Diciembre 2020

  • Sin embargo, hay un incremento del tamaño medio de los hogares parentales con prole dependiente.
  • El proceso de envejecimiento de la población queda en evidencia y cada vez tienen más edad las personas residentes.
  • Una de cada cuatro personas de más de 65 años vive sola, y son una de cada tres de más de 80.
  • La propiedad exclusiva supera a la copropiedad por primera vez.

Euskadi tiene más hogares que hace cuatro años, pero en cada uno de ellos habitan menos personas. Así lo refleja la Encuesta de Familias y Hogares 2019 realizada por el departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco. La media baja de 2,48 a 2,41, de 2015 a 2019. Así, se reducen de forma llamativa los hogares parentales con prole dependiente y los hogares posconyugales con hijos/as. En contraposición, hay un incremento del tamaño medio de los hogares parentales con prole dependiente. Este pasa de 3,76 a 3,81 entre 2015 y 2019, lo que significa que las parejas que deciden tener hijos e hijas, tienen más.

En general, el núcleo de hogares en los que el núcleo principal es un matrimonio o pareja tiende al alza. Aunque suponen una caída del volumen de hogares con hijos/as, los cambios observados son compatibles con un incremento del número de hogares en los que el núcleo principal es un matrimonio o pareja: de 518.458 casos en 2015 a 531.904 en 2019 (de 1.544.387 a 1.563.401 personas en términos de la población incluida en estos hogares). Dentro de estos hogares, aumenta sin embargo el protagonismo de los emparejamientos no matrimoniales. Las parejas no casadas son la base de un 15% de los núcleos familiares considerados en 2019, por encima del 12,4% de 2015. Del mismo modo, en los matrimonios o parejas, tienden al alza las segundas uniones, o posteriores, aunque sin representar un porcentaje elevado de casos

Uno de los factores subyacentes a los cambios observados es el proceso de envejecimiento de la población, proceso que condiciona la dinámica de algunos indicadores clave. Así, la encuesta evidencia que la edad media de la población residente sigue aumentando y que también aumenta la proporción de personas mayores entre las personas de referencia en los hogares. Todo ello influye en una reducción de la presencia de las personas más jóvenes en los hogares. De esta forma, la proporción de hogares o familias con presencia de alguna menor de 16 años se reduce del 24% de 2015 al 21,6% de 2019.

El 26% de las personas mayores de 65 años, vive sola (una de cada cuatro). En el caso de los de más de 80, es una de cada tres (el 35,7%).

Viviendas en propiedad

En esta encuesta se consolida el hecho de que la vivienda solo pertenezca a una persona. La propiedad exclusiva supera a la copropiedad por primera vez. Y es algo que se da más cuando baja la edad. Entre 2015 y 2019 se consolida la tendencia al predominio de la propiedad unipersonal en las formas de tenencia de la vivienda. La propiedad exclusiva de uno de los miembros del hogar, que aún quedaba por debajo de la copropiedad de dos o más personas en 2015 (38,7% por 42,5%), se sitúa claramente en primer lugar en 2019, con un 43,9% que supera el 35,7% de la copropiedad. El alquiler, por su parte, pierde peso relativo: de un 13% en 2015 a un 12,1% en 2019.

El peso creciente de la propiedad unipersonal es un rasgo prácticamente dominante en los hogares pluripersonales, también en presencia de hijos o hijas, dependientes o no. En hogares basados en un matrimonio o pareja, sólo resulta sin embargo dominante en 2019 en hogares conyugales preparentales (41,8% frente a un 26,4% de copropiedad de dos personas). El reforzamiento del nuevo modelo de propiedad única en la conformación de nuevas parejas preparentales resulta en cualquier caso evidente, con un incremento del 34,8% al 41,8% entre 2015 y 2019 (cayendo en paralelo la copropiedad de dos personas del 30,9% al 26,4%).